La profesionalización y la despolitización de la filosofía analítica
Como se mostró en los posts anteriores [parte 1, parte 2], en la primera mitad del siglo XX, el mainstream de la filosofía analítica tenía una visión altamente politizada de su tarea. En esto están incluidos no sólo los empiristas lógicos (así como otros filósofos de las ciencias), sino también diversos los filósofos de la corriente pragmatista, predominante en los EEUU antes de la llegada de los empiristas lógicos. Como se vio, esta manera de concebir a la propia disciplina experimentó modificaciones radicales en los años 50, las cuales continuarían, en alguna medida, hasta épocas recientes. Ello incluye no sólo a la versión del empirismo lógico que se volvió dominante, sino también a las concepciones metafilosóficas (en dicho mainstream) que lo reemplazaron tras su declive final.
Según T. Williamson, el «paradigma» vigente en la actualidad en filosofía analítica tendría su origen en autores como David Lewis y Saul Kripke; el primero de ellos afirma cosas como que «una meta razonable para un filósofo es poner a sus opiniones a un equilibrio estable». Esto involucra también ponerlas de acuerdo con el sentido común, «no porque el sentido común sea infalible (…) [sino porque] tenemos una tendencia a volver a nuestras opiniones cotidianas» (Lewis, citado en Williamson, p. 7). Según Williamson, uno de los aportes principales de Lewis a la filosofía fue su doctrina del realismo modal —la tesis que sostiene que los «mundos posibles» (inicialmente, un dispositivo técnico utilizado en el aparato formal de la lógica modal) realmente existen, aunque no podamos tener ningún tipo de acceso cognitivo a ellos (ya que están causalmente desconectados del nuestro)—, una cuestión que Neurath habría calificado como equivalente a la de cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler.Leer más »